jueves, 20 de mayo de 2010

Un rasgo concreto de la personalidad es la que más afectaría al cerebro: la neurosis, fuente de estrés y de angustia




La personalidad influye en el envejecimiento del cerebro


El volumen de la materia gris es menor en las personas neuróticas y mayor en las escrupulosas, revela un estudio


Un equipo de psicólogos de la Washington University en St. Louis, Estados Unidos, ha descubierto que existe una relación entre la personalidad de las personas mayores y el volumen de ciertas áreas de su cerebro, vinculadas a la emoción y al procesamiento de la información social. Un rasgo concreto de la personalidad es la que más afectaría al cerebro: la neurosis, fuente de estrés y de angustia. Según los investigadores, los resultados obtenidos de este estudio, en el que se analizó el cerebro de casi 80 personas, permitirán comprender mejor el origen de ciertas enfermedades, como la demencia o el Alzheimer. Por Yaiza Martínez.


Un equipo de psicólogos de la Washington University en St. Louis, Estados Unidos, ha descubierto que existe una relación entre la personalidad de las personas mayores y el estado del cerebro en la vejez.


Según explican los científicos en un artículo publicado por la revista Neurobiology of Aging, en general, durante el envejecimiento, se produce una reducción en los volúmenes de ciertas regiones del cerebro, particularmente en las áreas temporal media y prefrontal.


Sin embargo, estas reducciones o cambios no se producen por igual en todas las personas, ya que, según los resultados obtenidos, la integridad neuroanatómica puede modificarse en menor o mayor medida en función de ciertos rasgos de la personalidad individual.



Tres rasgos de la personalidad analizados


Los científicos estudiaron, en concreto, tres características de la personalidad y su relación con los cambios cerebrales derivados del envejecimiento: la neurosis, la escrupulosidad y la extraversión.


Para hacerlo, registraron imágenes de los cerebros de 79 voluntarios de edades comprendidas entre los 44 y los 88 años, mediante una tecnología conocida como escáner de resonancia magnética (IRM).


La IRM utiliza el fenómeno de la resonancia magnética para obtener información sobre la estructura y composición del cerebro. Esta información es procesada posteriormente por ordenadores, y transformada en imágenes del interior cerebral.


Antes de ser sometidos al escáner, los participantes aportaron asimismo datos sobre su personalidad.


La combinación de información permitió establecer que los individuos más neuróticos presentaban volúmenes más pequeños de materia gris en las áreas temporal media y frontal del cerebro que los individuos menos neuróticos. Un patrón opuesto fue constatado en el caso de la escrupulosidad.


En lo que se refiere a la extraversión, el estudio no pudo establecer ninguna relación determinante entre esta característica de la personalidad y el estado del cerebro de los voluntarios.


Influencia en dos direcciones


Según declaraciones de una de las autoras de la investigación, la psicólogo Denise Head, aparecidas en un comunicado de la Washington University, los resultados obtenidos son un primer paso hacia la comprensión de cómo la personalidad puede afectar al envejecimiento del cerebro.


Head afirma que estos datos demuestran claramente que existe una relación entre personalidad y volumen cerebral, particularmente en las regiones del cerebro asociadas al procesamiento de la información social y de las emociones.


Asimismo, la investigadora añade que los resultados sugieren que la personalidad influye en el grado de envejecimiento del cerebro humano y, también, que la forma en que el cerebro envejece puede afectar a la personalidad de cada individuo.


Los investigadores planean llevar a cabo estudios futuros para hacer un seguimiento de los cambios estructurales que vaya sufriendo el cerebro de los participantes en la presente investigación, con el fin de profundizar en este proceso y su vínculo con la personalidad.


Estrés nocivo


Los científicos explican que numerosas investigaciones previas sobre animales no humanos habían demostrado que el estrés crónico está vinculado a ciertos efectos nocivos en el cerebro.


A partir de estas investigaciones, Head y sus colaboradores establecieron la hipótesis sobre la que basaron su estudio: ciertos rasgos negativos de la personalidad humana también podrían afectar a nuestro cerebro, en concreto, durante su proceso de envejecimiento.


Así, asumieron que la neurosis, que es un trastorno mental sin evidencia de lesión orgánica caracterizado por un nivel elevado de angustia y la aparición de conductas repetitivas para tratar de disminuir el nivel de estrés, debía resultar nociva para el volumen estructural cerebral.


La investigación se centró en las regiones temporal media y prefrontal del cerebro porque es en éstas donde se producen los mayores cambios durante el envejecimiento, y también porque éstas son las áreas cerebrales en las que se asientan ciertas capacidades cognitivas, como la atención, las emociones y la memoria.


Conocer la causa de ciertas enfermedades


Los investigadores basaron su estudio en cerebros sanos y en proceso de envejecimiento porque consideran que el conocimiento en este terreno puede resultar útil para el desarrollo de futuras herramientas de diagnóstico de la demencia, un trastorno que consiste en la pérdida progresiva de las funciones cognitivas, debido a daños o desórdenes cerebrales más allá de los atribuibles al envejecimiento normal.


Por otro lado, uno de los síntomas primeros de la enfermedad del Alzheimer es la aparición de cambios en la personalidad de las personas que la padecen. Algunas investigaciones realizadas han constatado que, de hecho, en los estadios iniciales de esta enfermedad, la gente tiende a volverse más neurótica y menos escrupulosa.


Según los investigadores, resulta crucial por tanto conocer la relación entre personalidad y estado del cerebro durante el envejecimiento en personas sanas, para establecer lo que sucede en el cerebro de personas con ciertas patologías y también para poder generar diagnósticos precoces.


martes, 4 de mayo de 2010

mapeo cerebral más global de las habilidades cognitivas humanas




Crean el mapa cerebral más completo de la inteligencia humana
Establece la relación entre diversas áreas y habilidades cognitivas


Neurocientíficos del Instituto de Tecnología de California (Caltech) han conseguido realizar el mapeo cerebral más global de las habilidades cognitivas humanas. Con las tecnologías más avanzadas, se realizaron escáneres cerebrales a 241 personas con algún déficit cognitivo. Todas estas imágenes fueron después relacionadas con las puntuaciones de dichas personas en el test de inteligencia WAIS. Así, pudieron relacionarse diversas partes del cerebro con las puntuaciones obtenidas en diferentes indicadores de inteligencia, como la capacidad lingüística o la memoria de trabajo. Este mapeo resultará útil para localizar áreas del cerebro lesionadas o para predecir el cociente de inteligencia de una persona sin necesidad de realizarle un test de inteligencia. Por Yaiza Martínez.


Un equipo de neurocientíficos del Instituto de Tecnología de California (Caltech) ha realizado el mapeo cerebral más global de las habilidades cognitivas humanas realizado hasta la fecha.


Sus resultados han proporcionado una nueva comprensión sobre cómo diversos factores de nuestra inteligencia, mensurables con la puntuación de un “cociente de inteligencia” (IQ), dependen de regiones particulares del cerebro.


El neurocientífico Ralph Adolphs, profesor de psicología y neurociencias en el Caltech, y sus colaboradores reunieron mapas del cerebro realizados con dos tecnologías altamente avanzadas: las imágenes por resonancia magnética (MRI) (técnica que utiliza el fenómeno de la resonancia magnética para obtener información sobre la estructura y composición del cerebro); y la tomografía computerizada (CT) (que genera una imagen tridimensional del cerebro).


Todas estas imágenes fueron tomadas de un total de 241 pacientes neurológicos del registro de lesionados cerebrales de la Universidad de Iowa.


Relacionando el IQ con el cerebro


Estos pacientes presentaban algún grado de discapacidad cognitiva debido a infartos, resección de tumores o traumas en el cerebro.


Todos ellos fueron sometidos a un test de inteligencia denominado Wechsler Adult Intelligence Scale (WAIS), que es el test de inteligencia más usado en el mundo y que analiza la inteligencia global de los individuos, desde distintos aspectos.


El test WAIS refleja, en concreto, cuatro indicadores de inteligencia: el índice de comprensión (habilidad para entender y producir discursos y usar el lenguaje); el índice de organización perceptiva (procesamiento visual y espacial); el índice de memoria de trabajo (habilidad para guardar temporalmente información en la mente); y el índice de velocidad de procesamiento.


Después de transferir las imágenes cerebrales obtenidas a un marco de referencia común, desarrollado por la neurocientífico de la Universidad de Southern California, Hanna Damasio, y utilizando una técnica denominada voxel-based symptom-lesion mapping (mapeo de síntoma de lesión basado en voxel), donde cada voxel es una medida tridimensional de un volumen de un milímetro cúbico, Adolphs y sus colaboradores pudieron relacionar la localización de las lesiones cerebrales de los pacientes con las puntuaciones obtenidas por éstos en el test WAIS.


Mapeo de las habilidades cognitivas


Según declaró Adolphs en el comunicado del Caltech, con esta combinación de datos “la primera pregunta a la que hemos respondido es si había algunas partes del cerebro claves para la puntuación en los indicadores del test o si estas partes se encontraban distribuidas de una forma que no podían ser mapeada”.


Los resultados demostraron que sí podía mapearse la inteligencia: a excepción de la velocidad de procesamiento, que parece repartirse por todo el cerebro, el mapeo de las lesiones de los pacientes demostró que los otros tres indicadores de nuestra inteligencia dependen de áreas específicas del cerebro.


Así, las lesiones en la corteza frontal izquierda se asociaron con bajas puntuaciones en el índice de comprensión verbal; las lesiones en la corteza frontal izquierda y parietal (localizada detrás del lóbulo frontal) fueron asociadas con bajas puntuaciones en el índice de memoria de trabajo; y las lesiones en la corteza parietal derecha se relacionaron con las bajas puntuaciones en el índice de organización perceptiva.


El estudio reveló, por otro lado, que se suceden una gran cantidad de superposiciones en las regiones del cerebro responsables de la comprensión verbal y de la memoria de trabajo. Estas dos habilidades cognitivas, que aparecen como separadas en las mediciones del WAIS, podrían por tanto un solo tipo de inteligencia, puesto que tienen un lugar de origen similar en el cerebro.


Apoyo al diagnóstico


Según los científicos, los detalles sobre la estructura cerebral de la inteligencia suministrados por el estudio podrían resultar útiles en futuras revisiones del test WAIS, dado que diversas pruebas de éste están agrupadas en base a similitudes neuroanatómicas.


Además, el mapeo cerebral producido por el estudio podría ser utilizado como una herramienta de diagnóstico. Los especialistas podrían combinar el mapeo cerebral con los resultados de sus pacientes en el test de inteligencia WAIS para localizar áreas del cerebro lesionadas.


“Aunque insuficiente para servir como diagnóstico, el mapeo podría suministrar información que ayude a los médicos a establecer qué partes del cerebro son disfuncionales”, afirmó Adolphs. A la inversa, usar el mapeo cerebral para predecir el IQ de pacientes también sería posible, aseguran los científicos.


Estos descubrimientos proporcionan los mapas cerebrales de los factores de inteligencia y establecen recomendaciones específicas para la interpretación y la aplicación del WAIS al estudio de la inteligencia de personas sanas o con alguna deficiencia cognitiva, explican los investigadores en un artículo aparecido en Neuron.